En Europa, la asistencia el año pasado a las manifestaciones del Orgullo Gay fue de 1.000.000 de personas. Sin embargo, contra la corrupción de los políticos, banqueros y empresarios, esa asistencia bajó a sólo 25.000 personas.
Queda probado estadísticamente que hay mucha más gente reivindicando el derecho a que le den por el culo que rechazándolo.
¡Que modernos somos, coño!
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