El fundador de Ikea viste de mercadillo
El millonario empresario reivindica su carácter austero como una de las claves que contribuyó a crear su imperio. También compra yogures y leche a punto de caducar
El millonario empresario reivindica su carácter austero como una de las claves que contribuyó a crear su imperio. También compra yogures y leche a punto de caducar
Es uno de los hombres más ricos del mundo pero tiene fama de tacaño y
austero. Hasta hace poco seguía utilizando su viejo Volvo (llevaba 23
años con el mismo coche) y también el modesto despacho con el antiguo
escritorio y la silla. A sus empleados les pide que no desperdicien
papel y utilicen ambos lados del folio para escribir. Además, come en
los baratos restaurantes de Ikea, la empresa que fundó en 1951 y
convirtió en una de las marcas internacionales más conocidas. Ingvar
Kamprad está de nuevo de actualidad tras revelar en una entrevista que
viste ropa de mercadillo y compra los yogures a punto de caducar.
Este empresario, cuya fortuna se estima en 64.000 millones de euros -en
2006 la revista Forbes le situó en el cuarto puesto en el ránking de
los hombres más ricos- es conocido por despacharse con declaración
atípicas. «Creo que toda mi ropa la he comprado desde siempre en
mercadillos de segunda mano. Quiero dar un buen ejemplo», confesó a la
cadena televisiva sueca TV4 Kamprad, que cumplirá 90 años el próximo 30
de marzo.
Pero en ropa no es en lo único que ahorra. En 2008
aseguraba al diario sueco 'Sydsvenskan' que prefería aprovechar cuando
viajaba a ciertos países para cortarse el pelo, ya que los 22 euros que
pagó a un barbero en Holanda le habían «alterado el presupuesto». «La
última vez me lo corté en Vietnam».
Eso puede ser una
excentricidad mediática (o no), pero lo del coche no. Hasta hace poco
tiempo seguía al volante de su Volvo 240, de 1993 y no es que haya
cambiado de vehículo, es que ya no conduce porque le aconsejaron no
hacerlo por su edad. Cuando viaja en avión, prefiere la clase turista y
hace las compras diarias en el supermercado de la localidad sueca de
Älmhult. Allí mira las ofertas y compra los yogures y lácteos que están a
punto de caducar. «Le parece intolerable que se tiren los alimentos y
las cosas que todavía pueden tener un uso», justifican los empleados del
establecimiento.
Esa es una razón, pero la otra es el precio
porque ha investigado cómo pagar los menos impuestos posibles. Por eso,
en 1973 trasladó toda su estructura empresarial a Dinamarca, en un
intento de evitar los elevados impuestos suecos. Posteriormemte, buscó
un régimen fiscal más benigno en Suiza. En los últimos seis años,
Kamprad ha ido desapareciendo de la primera fila y dejando la gestión de
Ikea en manos de sus tres hijos, para volver a su Suecia natal, a donde
regresó en 2014.
Nerea Vieytez – El Correo 10 marzo 2016
http://www.elcorreo.com/bizkaia/sociedad/201603/10/fundador-ikea-viste-mercadillo-20160310134346.html
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