Carta abierta de un jubilado a los Partidos Políticos:
No estamos pidiendo nada que no sea ya nuestro.
No estamos pidiendo nada que no sea ya nuestro.
Todo lo que veis ahora a vuestro alrededor lo hicimos nosotros.
Levantamos a un país que venia de una dictadura.
Levantamos a un país que venia de una dictadura.
Tuvimos que estar curando heridas que no cicatrizaban, pero encontramos una manera de convivir con ellas. Ayudamos a nuestros padres hasta el fin de sus días: No había ayudas, eran los hijos los que tiraban del carro.
Sacamos adelante a nuestras familias con muchos niños y pocos medios. Trabajamos de sol a sol en pueblos y ciudades y construimos la España que hoy gobernáis vosotros, como si fuera sólo vuestra.
Llevasteis a nuestros hijos a una crisis económica, que nosotros hemos mitigado, acarreando con nuestros nietos, compartiendo macarrones, tejiendo familia para que no se desmoronaran en su desesperación.
No tenéis derecho a pedirnos más sacrificios. Queremos tener lo que nos corresponde: Una pensión que nos permita vivir dignamente.
Señores Diputados Pónganse a trabajar como hicimos nosotros y resuelvan sus problemas. Revisen TODOS sus sueldos y pensiones vitalicias. Sus viajes, sus dietas, sus asesores, sus contratos añadidos en las comisiones. Reduzcan gastos empezando por Uds.
No salgan a la calle ahora en las manifestaciones, para hacer propaganda electoral.
No utilicen el Congreso como si se tratara de un circo, de una comedia chabacana, con insultos, descalificaciones y chistes malos. No nos hace ninguna gracia ver qué tono agresivo, de rabia contenida, utilizan en sus debates- Se puede decir lo mismo con educación y guardando la compostura.
Demuestren que son dignos de la confianza que les hemos depositado.
Y si no lo hacen, se encontrarán con sus padres en la calle. Se les tendría que caer la cara de vergüenza.
Somos una generación de luchadores. No van a poder callarnos la boca. Sería tremendo que tengamos que ser nosotros, de nuevo, los que tengamos que coger al toro por los cuernos.
Demuestren todos, con hechos, que miran por este colectivo de jubilados y déjennos vivir dignamente, a estas alturas de la vida.
Pásalo, somos muchos los indignados y ofendidos: para que se escuche nuestra voz, y se les caiga la cara de vergüenza.
Pásalo, somos muchos los indignados y ofendidos: para que se escuche nuestra voz, y se les caiga la cara de vergüenza.
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