¿Aceptas
tu deber de devolver a su sitio el carro de la compra a pesar de que no ganas
nada?
En esto se basa la teoría, en si devuelves
o no el carro a pesar de que no estás obligado.
“El carro de la compra es la prueba de
fuego definitiva para saber si una persona es capaz de autogobernarse”. Teniendo
en cuenta que no sean de los modelos que hay que introducir una moneda, la idea
es que las personas que colocan el carro en su sitio saben hacer lo correcto a
pesar de que nadie se lo pida, se lo exija o no vayan a recibir nada a cambio.
“No es ilegal abandonarlo”. Por ello, el
carro de la compra es el ejemplo perfecto de una persona que hace las cosas
bien sin ser forzado a ello. Una persona que no es capaz de hacerlo no es mejor
que un animal, un absoluto salvaje que sólo puede hacer lo que es correcto
cuando lo dicta la ley o lo fuerzan a ello.
“El carro de la compra es lo que determina
si una persona es un buen o mal miembro de la sociedad”. Concluye la teoría.
Muchos coincidimos con ella y que no vale la excusa de la pereza, pues eso sólo
denota egoísmo.
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